sábado, 10 de marzo de 2007

El Futuro de la Educación Inicial


Iberoamérica tiene todavía, por lo que se refiere a la atención de los niños más pequeños, una serie de problemas o retos a los que debe hacer frente en los próximos años.
Los problemas mencionados reflejan el hecho de que casi todos los países iberoamericanos se enfrentan a la necesidad de desarrollar servicios educativos coherentes, integrados en la política social y basada en esquemas conceptuales de carácter global.
En síntesis, puede decirse que de las diferentes funciones que la educación inicial puede cumplir en nuestras sociedades se deriva un reconocimiento cada vez mayor de su importancia. Los argumentos de carácter psicológico, educativo, económico y social señalados antes, justifican sobradamente la atención de los distintos países por este nivel de la enseñanza. El problema en la actualidad no es el cuestionamiento del valor de la educación inicial, sino más bien la determinación de estrategias adecuadas y factibles para su desarrollo en nuestro contexto.

En muchos lugares alrededor del mundo (Europa, Italia, Israel), los educadores están mirando a los niños como recursos de su propio aprendizaje, a los padres y madres como medio para obtener nuevas formas de pensar y compartir en la educación temprana de sus hijos(as) y están buscando entre ambos el apoyo y la colaboración para hacer de las escuelas comunidades de aprendizaje, tanto para los adultos como para los niños. Como resultado de las conversaciones que se han llevado a cabo entre culturas,
El impacto de esta agenda de lucha continua resonando mientras padres/madres, maestros/maestras, ciudadanos y políticos en las escuelas, estados y a través de las naciones, debaten los derechos y potenciales de los niños pequeños en una sociedad global cambiante.

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